«El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional». Buda Gautama
Una frase que encierra muchas verdades y que invita a reflexionar.
Sobre todo, si eres, como yo, de esas personas que tiene ganas de indagar y entender la vida de otra manera.
Pienso que la vida es complicada ya de por sí, como para que nosotras mismas pongamos de nuestra parte para complicarla aún más. Si no, echa la vista atrás y recuerda lo que nos trajo el 2020.
Si nos hacemos las preguntas adecuadas, dejando fuera de la ecuación los “y qué dirán”, y siendo fieles a nosotras mismas, podemos encontrar la auténtica felicidad.
Pero nos preocupamos mucho de las opiniones externas y vivimos siguiendo los patrones impuestos por la sociedad o el entorno en el que nos ha tocado vivir.
Aunque, si te digo que la felicidad está más cerca de tu alcance de lo que piensas… ¿Me creerías?
Seguro que ahora mismo estás muerta de curiosidad. Yo también lo estaría.
Si quieres saber cuál es la medicina para encontrar tu felicidad, debes leer sí o sí este artículo.
¿Empezamos?
Qué es el desapego emocional
Para mí, como Life Coach, el desapego emocional es el arte de vivir despierta o de manera consciente.
Y parafraseando al mismísimo Buda, es dejar de sufrir.
Es, también, una manera de crecer en sabiduría, de ver las cosas desde otra perspectiva y de confrontar nuestras creencias.
Quiero contarte un cuento de Anthony de Mello que se titula «El león que creía ser oveja» para que entiendas mis palabras:
«Cuenta una antigua leyenda hindú que un leoncito cachorro abandonado por su madre fue acogido cariñosamente por un rebaño de ovejas y se crio entre ellas en las cercanías de un hermoso lago. Creciendo allí, llegó a creer que él también era una oveja.
Cuando llegó a la edad adulta, y siendo un enorme león, se comportaba como cualquiera de las demás ovejas.
Un día se acercó otro león, adulto y hambriento, hasta allí y se asombró mucho de observar que ese león, mucho más grande y fuerte que él, huyera como hacían las ovejas, brincando y balando con el resto de los miembros del rebaño.
Después de mucho esfuerzo logró arrinconarle. Inútilmente intentó explicarle que no debía huir porque ERA UN PODEROSO LEÓN.
Finalmente, con un gran esfuerzo le arrastró hasta el lago cercano. Allí le obligó a mirar su reflejo en la superficie del agua.
Cuando el león observó su rostro, su cuerpo y melena, reflejados nítidamente en la superficie del agua sintió un estremecimiento de pies a cabeza y desde lo profundo de sus entrañas se elevó la más intensa emoción interna y brotó el más fuerte y poderoso rugido que se había escuchado jamás haciendo eco a través de todas las montañas y valles del mundo.
A partir de entonces el león juró defender a aquellas ovejas con su poder y fuerza. Y así lo hizo hasta el fin de sus días»
La metáfora del cuento es la siguiente:
- Necesitas un único segundo de consciencia para reconocerte a ti misma y poder ver lo que realmente eres y dejar de ser como el resto del rebaño.
Pero ¿Por qué es tan complicado sentir desapego?
Ahora mismo te lo cuento.
Qué es y de dónde nace nuestro apego
Sentir o tener apego es creer que algo o alguien es «mi felicidad».
Es decir, que tu felicidad depende de otras personas, de lo que posees o de tus propias creencias.
Continuamente ponemos nuestra felicidad «fuera» de nosotras mismas. Y este «poner el foco fuera», en su mayoría de una manera inconsciente, nos provoca sufrimiento.
Según Walter Riso, doctor en psicología, el apego es «una vinculación obsesiva hacia una persona, objeto o una idea.
Obsesiva en el sentido de que se hace permanente, insistente, que está a su vez sustentada en 3 creencias fundamentales:
- esa vinculación te va a hacer feliz,
- te va a dar seguridad total y
- que esa vinculación te dará sentido a tu vida.»
Te animo a ver su interesantísimo vídeo para ampliar conocimientos.
¿Por qué nos sentimos así?
Desde que nacemos, llegando a este mundo indefensas, tenemos un alto grado de dependencia para vivir.
Nos apegamos porque:
- necesitamos sobrevivir,
- sentirnos queridas y
- que nos den seguridad.
Nuestra cultura y nuestras creencias tienen mucho que ver, también, con nuestro apego.
No necesitas a tu media naranja para ser feliz
Todas conocemos la teoría de la media naranja, esa persona que te completa a la perfección y con la que encontrarás, al final, la felicidad.
Pero ¿Por qué necesitamos a otra persona para ser felices?
Nos obligan a creer que nacemos y crecemos estando incompletas. Y, entre tú y yo, esto no es verdad.
Todas estamos completas, aunque ahora te parezca difícil de creer.
¿No sería más bonito crear una historia en la que todas somos naranjas completas y necesitamos encontrar a esa otra naranja para hacer el mejor zumo que pueda existir?
A partir de hoy, no quiero que sigas creyendo en mitades. Busca crear el zumo perfecto.
¿Te atreves? Sigue leyendo para entender el porqué de mi explicación.
Las 5 consecuencias negativas del apego
El apego tiene una fórmula que dice lo siguiente:
El apego es igual a la dependencia y la dependencia es igual al sufrimiento.
Y como no queremos sufrir, vamos a decirle adiós al apego. Pero antes te detallaré sus 5 consecuencias negativas para reafirmar tu opinión:
1. Merma tu autoestima
Cuando sentimos este apego emocional por alguien o algo, estamos continuamente preguntándonos «quién tengo que ser», «en quién tengo que convertirme» para que me quieran, para poder obtener esto, etc.
Nos convertimos en esa persona que no somos para agradar o conseguir algo.
2. Destruye tu capacidad de amar
Amar no es necesitar a alguien o algo. Para amar, debes encontrarte a ti primero.
3. Te vuelve egocéntrica
Siempre pensando en ti: «qué debo hacer para que me quieran», «qué debo hacer para conseguir esto», etc.
4. Te convierte en «mendiga emocional»
Celosa, posesiva, dependiente y ansiosa. ¿Reconoces estos sentimientos? ¿Te ves identificada con ellos?
5. Poner el foco fuera
Es más fácil que querer indagar en ti (conocerte, encontrarte, quererte). Estos sentimientos son aterradores para la mayoría de las personas. Procedemos de una sociedad en la que mostrar nuestros sentimientos, más allá del «estoy bien o mal», no está bien visto.
Aparte, existe la creencia de que si somos “despegadas emocionales” nos convertimos en personas pasotas que no nos importa nada.
Pero nada más lejos de la realidad.
¿No me crees? Ahora mismo te lo aclaro.
La importancia del desapego emocional para encontrar nuestra felicidad
¿Te cuento un secreto?
La felicidad no la vas a encontrar poniendo el foco fuera. Nadie ni nada te va a proporcionar felicidad.
La felicidad debes encontrarla primero en ti y, todo lo que venga después, que aporte, sume y complemente.
El resto de «cosas» que estén en tu vida no deben ser la pieza del puzle que te faltaba para sentirte completa. No.
Tu puzle está finalizado y el resto lo decora.
¿Cómo se cultiva el desapego emocional?
Cultivando una relación contigo misma maravillosa, con un dialogo interno que vaya cambiando, poco a poco, tu manera de pensar, de tratarte a ti misma.
Debes empezar a convertirte en tu prioridad. Borra de tu mente que pensar en una misma es ser egoísta, ya que no es así.
Indaga, atrévete a descubrir cuál es tu verdadera identidad.
Es la única manera de saber quién eres, qué amas, cómo puedes ser feliz, pero, sobre todo, que esta felicidad no proceda de alguien o de algo externo a ti.
El desapego nos facilita vivir en paz y ser más auténticas.
Y yo lo sé muy bien. Ya te conté en mi primer post que descubrir la palabra Ikigai me aportó felicidad.
¿Por qué? Porque al llegar al mundo del desarrollo personal, dejé de buscar lo que me hacía feliz fuera, para empezar a bucear más dentro de mí.
Tantos años dependiendo de los estímulos externos para intentar vivir con plenitud, cuando todo residía en mí.
Conocerme, escucharme y entenderme… o, en definitiva, vivir en consonancia con lo que decía, pensaba y hacía, me hizo estar en paz conmigo misma.
Y eso me aportó felicidad.
Y ¿quiere decir eso que no ame con todo mi corazón a mi hija, mi pareja o mi familia? ¿Qué no me erice la piel ver los bellos atardeceres desde mi ventana?
No, para nada. Pero con todo ello, hago el mejor zumo del mundo. No me complementan. Simplemente, hacen mi vida más auténtica y plena.
Pero a la que más escucho, atiendo y quiero, por encima de todo, es a mí.
Porque eso hace que luego pueda querer, escuchar y atender plenamente al resto, en consonancia con lo que siento.
Amarse a uno mismo es la clave del desapego emocional
El apego emocional en la edad adulta no es malo, siempre y cuando, este apego lo tengas hacia ti misma.
Depende solo de ti para que se produzca el desapego emocional y puedas experimentar la auténtica felicidad.
Y, ahora, es cuando me preguntas: «Tamara, y ¿cómo lo hago?»
Te propongo realizar un ejercicio:
Recoge 3 o 4 piedras de tamaño mediano y escribe ese apego que te está limitando e impidiendo avanzar y crecer.
Lleva durante un día entero en tu bolso/mochila/bolsillos de tu abrigo estas piedras.
Verás que, según vaya avanzando el día, llevar estas piedras se te hará pesado.
Por ello, encuentra un lugar para «despegarte emocionalmente» de las piedras.
Déjalas ir, suéltalas y verás que, cuando elijas despegarte de esa relación que no te estaba favoreciendo, te sentirás más libre, más ágil para seguir avanzando en tu camino.
Nos cargamos de pesos, de apegos, que no nos están beneficiando nada y que realmente son un impedimento para dejarnos crecer, avanzar o volar en libres.
No significa que cuando te desapegues ya no quieras saber nada más de esa persona/cosa/situación, sino que con lo que rompes es con la relación que habías creado con ello.
¿Te animas a realizar este ejercicio?
Me encantará leer tus comentarios en este artículo o a través del correo vive@tamaralifecoach.com
Puedes también enviarme un mensaje directo a través de mi cuenta de IG @tebesoelalma.
Juntas haremos que encuentres el desapego emocional necesario para ser feliz.
Me alegro de la página tan bonita que tienes mucha suerte y a seguir llegando a más gente
Muchísimas gracias Cinthya por tus bellas palabras.
Me alegra que te guste mi página y espero, como bien dices, poder seguir llegando a más bellas almas, como tú. Te animo a que me sigas en Instagram porque suelo publicar diariamente y tenemos una comunidad muy activa.
Te beso el alma,
Tamara Olmo.