Hoy estoy aquí para contarte mi historia personal con el amor.
Creo que, para poder ayudar a otras personas a abrir sus corazones, es necesario que yo abra el mío antes.
Y así me encuentro, delante de mi ordenador, teclado en mano y con mi corazón abierto de par en par para contarte como he aprendido a amar.
Te adelanto ya que no ha sido una tarea fácil. Tampoco ha sido algo de hoy para mañana.
Ha sido un camino largo de mucho aprendizaje y que aún hoy continúa.
Un camino de lágrimas y desencuentros, pero aprender a amar (en todos los niveles) está siendo la mejor medicina para el alma.
Y es lo único que deseo para ti, querida amiga y lectora.
Creo que te sentirás identificada con mi historia. Puede que no en todas sus etapas. Pero tengo la sensación de que te verás reflejada en mí.
Bueno, ya me lo confirmarás al terminar de leer este artículo. Uno que llevará pedacitos de mí en cada frase.
Y que estoy deseando compartir contigo.
Acompáñame un ratito y descubre quién fue y quién es Tamara Olmo y cómo aprendí a amar con total plenitud.
Lo que creía que era el amor
Desde que tengo uso de razón he sido una persona enamorada del amor.
La música siempre ha sido mi compañera de viaje. Y a través de ella, y de la letra de las canciones, descubrí la forma en la que quería amar y ser amada.
«Sin ti no vivo», «Quién me va a curar el corazón partido», «Si tú no estás aquí, me sobra el aire», tal y como decía la maravillosa Rosana en su canción.
Me enganché a esa forma de amar y siempre fui buscando esa intensidad.
Pero ¿qué pasaba con esta forma de querer?
Que no aceptaba un amor que no estuviese a la altura de mis expectativas.
Y éstas eran muy altas.
Puede que sea porque tuve una infancia maravillosa en donde me sentí muy querida por mi familia y no entendía que mis parejas no me quisieran con la misma intensidad.
Pero es difícil mantener una relación sentimental duradera exigiendo sentir tanto. Viviendo como en una montaña rusa de sentimientos, en donde la emoción y el sentir debían estar siempre al 100%.
Esto lo expliqué ya en el artículo de «Cómo superar el miedo a pasar del enamoramiento al amor y no terminar tu relación de pareja». Te dejó el enlace por si quieres leerlo.
Sentirse media naranja para encontrar el amor
Cuando notaba que ese estado de «éxtasis» en el que estaba sometida empezaba a menguar, buscaba a otra persona a la que darle la mano o a esa media naranja que me completara.
Quizás esto lo explique la sensación que sentía desde pequeña de cubrir algunos vacíos en la vida de mi madre.
Soy hija única y sentía culpa si no era yo quien cubriera esas carencias.
Esas exigencias que nos imponemos sin querer y que nos acompañan toda la vida… pero de esto ya hablaremos en otro post, que da para mucho.
De nuevo ese sentirnos mitad aparecía en mi vida y esa sensación de que siempre debe existir alguien que nos complete.
Cuando una se siente mitad, debe estar siempre buscando a otra mitad para que la complemente.
Pero ya no me siento así. ¿Quieres saber qué cambió en mí?
Sigue leyendo y te lo cuento.
Desaprender a querer para aprender a amar
Hoy puedo decirte que cuando empecé a conocerme, respetarme y amarme, mi mente hizo el «clic» necesario para cambiar.
No es que antes no lo hiciese, que sí. Es solo que nunca me lo había planteado. No era consciente de cómo me comportaba, cómo amaba o cuáles eran mis valores.
Cuando empiezas a respetar lo que sientes, a ti misma, a lo que te late dentro… Descubres realmente:
- qué quieres o qué no quieres,
- cuál es tu forma de amar,
- qué quieres para tu vida o qué quieres para ti.
Y te conviertes en esa naranja completa que no exige ese 100% de exclusividad.
Y, gracias a eso, atraes o buscas a otra naranja que también lo esté para formar ese hogar tan bonito y esa relación tan llena de amor.
Empiezas a desaprender a querer (un verbo que implica posesión) para aprender a amar.
Ahora amo.
Dentro de esta teoría donde te dicen:
«quiérete a ti misma», «siéntete completa», «no somos mitad», «amate tú»… que a veces nos pueden parecer tópicos, hay mucha verdad en ello.
Yo lo he vivido en mí y he podido comprobarlo en primera persona.
Y, hoy, he dejado de necesitar ser el «centro» de alguien y de serle infiel al amor.
¿Por qué? porque he empezado a conocerme, a amarme y a vivir el amor desde la libertad y el respeto.
Y, gracias a esto, he cambiado mi forma de querer (posesiva) a amar, como se ama a un hijo o como te amas a ti misma.
De esa manera tan auténtica. Eso ha sido el mayor de los aprendizajes.
¿Cómo aprendemos a amar?
Aprendemos a amar dentro de nuestro entorno más cercano, más familiar.
Vemos cómo se quieren los adultos, en qué forma se quieren. Empezamos a distinguir cómo aman las mujeres o cómo lo hacen los hombres.
Cómo se expresan los sentimientos o las emociones. Entre todo lo que vamos observando, cada uno va forjando su manera de amar. Su manual de instrucciones sobre el amor.
También aprendemos a amar de las historias, de las novelas, de los cuentos, de la TV, de las películas, de la música…
Aprendemos lo que es normal, natural, lo qué es correcto o incorrecto, pero la pregunta es: «¿para la sociedad o para la persona que está aquí sintiendo o padeciendo?»
Después de todo este manual de instrucciones que nos ha venido dado y que no lo hemos creado nosotras, creo que es muy importante:
desaprender a querer de esa manera para empezar a amar en sintonía con nosotras mismas.
Es necesario romper con todo lo aprendido, con esa cadena que arrastramos por generaciones, liberarnos de creencias limitantes, de herencias familiares, de mitos.
Es hora de atrevernos a cuestionarnos lo qué es normal y olvidarnos de esas estructuras que están obsoletas y que no nos sirven, para querernos bien o para disfrutar del amor.
Como enero siempre es el mes que nos ponemos propósitos, creo que uno muy bonito sería el de desaprender a querer para aprender a amar.
Soy de las que piensa que amar es el camino y que el amor todo lo puede. Pero hay que aprender a amar para que esa teoría tenga efecto y se cumpla.
Aprender a amar no es una asignatura que pueda memorizarse, que tenga un protocolo a seguir.
Al final, si memorizas el amor o la forma de amar, se te olvida lo básico y empiezas a escribir una historia sin sentido.
Como cuando en los exámenes memorizabas un párrafo, y si se te olvidaba una palabra de ese párrafo, ya la historia o el texto quedaba sin poder entenderse.
Pues esto es de la misma manera.
Pienso que lo que es importante es aprender a amar desde dentro, ocuparse de una misma y luego poder transmitir todo ese amor hacia fuera.
«Como es adentro es fuera.»
Cada persona tiene que encontrar su forma de amar, tiene que encontrar el ritmo y la melodía de su amor.
¿Quieres encontrar tú la tuya?
Sigue leyendo y te cuento los ingredientes necesarios que debe tener.
[pexcirclecta pex_attr_small_title=»15 minutos GRATIS» pex_attr_title=»Resérvame 15 min en tu agenda y empieza a transformar tu vida.» pex_attr_button_text=»15 minutos GRATIS» pex_attr_button_link=»https://www.tamaralifecoach.com/product/reserva-15-min-gratis-cambiar-mi-vida/» pex_attr_button_link_open=»new» pex_attr_button_color=»»][/pexcirclecta]
Los ingredientes incompatibles con el amor
Es cierto que hay unos ingredientes que considero que deberíamos evitar, porque no le vienen bien a ningún plato:
El Egoísmo
El egoísmo y el amor no se llevan bien y no son buenos amigos. Para amar, debes ser altruista y querer sin posesión.
El miedo
Es el fiel compañero del egoísmo y si uno aparece en la ecuación, el otro siempre lo acompaña.
Miedo a que nos hagan daño o a perder lo que tenemos y creemos que es nuestro. Cuando, querida amiga, no somos de nadie más que de nosotras mismas.
Podemos ser con alguien, pero nunca de alguien.
El Apego
Y porque nos creemos mitad, tenemos la sensación de este apego, a veces, enfermizo.
Ya os conté en mi artículo «Cómo descubrí que el desapego emocional es la mejor medicina para encontrar tu felicidad» que el apego es bueno solo si lo tenemos hacia nosotras mismas.
La ira
La ira de no conseguir lo que deseamos. Tenemos esa tendencia de apoderarnos o de poseer a otro ser y eso nos impide amar.
El único ingrediente necesario para aprender a amar
Pero es muy importante que puedas llegar a albergar amor en tu corazón para poder amar.
Es el paso número 1 por el que debemos empezar y que no nos podemos saltar.
En mi historia empecé a amar sin haber albergado amor en mi corazón.
Debemos diferenciar bien ese querer de ese amar.
Querer es poseer, querer es que algo nos interesa, es lograr un fin.
Es el medio para lograr aquello que quiero poseer. Querer es sentir carencia, es querer algo porque siento que me falta.
En cambio, amar consiste en dar. Amar es el fin en sí mismo.
Amas desde la plenitud. Amas para que ese amor que tienes se haga más grande, aunque tú ya estés plena porque antes de amar ya has albergado amor en tu corazón.
Una de las fórmulas mágicas del amor es que:
a amar se aprende amando.
No es algo que se pueda aprender a hacer como mero espectador. Si estas en el baile hay que bailar. Si quieres saber que es el amor, tienes que amar.
¿Qué es el amor?
La vida, la TV, las novelas, la música nos hablan de un amor eterno, infinito, pasional.
Creo que el amor es algo más sencillo y cotidiano. Para mí el amor es que te importe lo que le pase a la otra persona, que te duela su dolor.
Cuando hablamos de amor, yo lo entiendo como compartir un proyecto de vida.
Pero hay 2 maneras de compartir este proyecto de vida:
- haciendo que una parte mía rellene un agujero de la tuya y viceversa, generando un enganche, para que tu tires de mí y yo de ti.
- La otra manera es cuando uno decide estar con el otro para apoyarse en él, no para generar ningún enganche.
Nadie tiene que rellenar nada de nadie porque ya estamos completos.
¿Te gustaría aprender a amar?
Ahora que ya conoces mi historia y ya sabes cómo desaprendí a querer para aprender a amar, solo queda una cosa por hacer.
¿Te has sentido identificada con mi historia? O, como mínimo ¿con algunas partes de ella?
¿Te ha pasado como a mí que, inconscientemente, tu ego, tus exigencias de cara a los demás o, incluso, tus miedos te han llevado a no saber amar?
Aunque cada ser es único, vivimos experiencias similares. Y, aunque cambies una «coma» por un «punto», seguro que lo que te he contado, ha resonado en ti.
Gracias por haberme acompañado durante este rato tan íntimo.
¿Quieres hacerme alguna consulta? Rellena el formulario y contactaré contigo lo antes posible 🙂
Quiero recibir informacion
Hola, Andrea:
Muchas gracias por contactar conmigo. Me pongo en contacto contigo por e-mail.
Te beso el alma
Hola! quiero recibir más información.❣️🌻
Hola, Virginia:
Te respondo ahora por e-mail. Muchas gracias por contactar y querer recibir más información.
Te beso el alma,